ROSAS ROJAS Y CREPÚSCULOS SANGRIENTOS

ROSAS ROJAS Y CREPÚSCULOS SANGRIENTOS

La tarde se suicida por la rosa 

en presencia de lirios en capullos, 

que escuchan de la brisa los murmullos 

de la canción azul maravillosa.

Del rojo de la sangre se desglosa, 

con quejumbres de pétalos y arrullos, 

las luces vespertinas de cocuyos 

que exhalan llamarada silenciosa.

Cada hora, con su pétalo gemelo, 

deshilachando el día moribundo 

se desborda indolente hasta la nada, 

en luces de luciérnagas del cielo, 

que le copian el tono rubicundo 

a la rosa en perfume desgranada.

Poema de Reinaldo Bustillo